Solo por molestar, empezamos al revés: he aquí las fotos, que sabemos que es lo que miráis y el resto da igual. Pinchando here. El spanglish progresa. También las tenéis al final, en la proyección de diapositivas.
Buenas noches España etc. etc. Las 11 y 11 aquí. La diana es a las siete, así que a ver si sacamos esto adelante en un ratito.
El día, otra vez, nos ha respetado y no ha caído ni gota. Como en prácticamente todo el viaje. Suertudos que somos. Por la mañana desayuno y a construir balsas. seis largueros, cuatro barriles y unas cuantas cuerdas. Luego al agua. Nos mojamos algo las zapatillas y calcetines. Como el día salió frío decidimos pasar del sailing (vela) y nos dimos una ducha antes de cambiarnos de ropa (a ver si hemos conseguido que no haya achuses en el avión). Barbara, la directora de Lander Road, nos trajo las botas y calcetines secos en menos de dos horas, así que perfecto para no llevar cosas húmedas en la maleta.
Comida y despedida a los chicos ingleses... y a las chicas inglesas. Yo no digo nada, que luego se sabe todo, pero dicen que España es tierra de conquistadores ¿No? Pues eso. Qui potest capere capiat.
Luego hicimos dos grupos. Los que quisieron dieron una vuelta por el barrio cercano y aprovecharon para alguna última compra. Los otros a canoing. Unimos las canoas de dos en dos para evitar vuelcos y nos dimos un garbeo por el lago. Desembarcamos en Crosby Beach como vikingos sedientos de lucha... y de agua, no veas como cansa el remo. Además alguno y alguna parecía que remaban con cucharilla, así que venga a girar. Al final una carrera y ganamos los buenos. No diré otra vez lo de qui potest y eso.
Ratito para las maletas: a ver si sentándonos encima y tal, me dejarán pasar este llavero, quien acepta una bota en adopción... Creemos que va todo y que llegará todo. Creemos.
Cena y la actividad de la noche, que nos ha hecho reír un montón: seis equipos de tres, seis huevos (lo que en Alcala de Henares son tres pares y en Lora del Río dos tríos) y algún material para evitar que la caída desde la azotea los rompiera (3 metros, algo más). Vaso de plástico, pieza de plástico cuadrada, celo, tijeras, cuatro trocitos de cuerda, papel y burbujas de las de proteger cosas frágiles. Cada grupo hizo lo que quiso, pero en dos claras mitades: envolverlos hasta el hartazgo y el modelo paracaídas con ligera protección en cabina.
Cuatro huevos sobrevivieron pero es lo de menos. La risa con el rato que le llevó al hombre desenvolver el primero y con los gritos de ánimo al huevo (para que estuviese "muerto", de parte de los grupos no propietarios del invento) fue lo mejor.
Buen momento para agradecer a Anthony, Mark y todo los que nos han atendido lo bien que lo han hecho. Es difícil trabajar con niños. La opinión tiene más mérito porque lo digo yo, que soy electricista.
Luego breve reunión para comentar qué tal ha ido todo. Los niños vuelven muy satisfechos y felices, ya os contarán, pero el resumen es realmente bueno. Los maestros opinamos igual. Cristina, Raquel y Pedro encantados con vuestros hijos y con los días tan buenos que hemos pasado. Antonio ha sido un profe más, a ver si pide en el concurso, que ya nos conoce. Solo podemos agradecer su labor, que era el que mejor sabía dónde y a qué íbamos.
Mañana el avión sale, en teoría, a las 11 y media. Sobre las tres en Madrid, paradita a comer algo y luego bus hasta Villaralbo. Inútil hablar de hora en este momento, ésta es la mejor previsión. En cuanto aterricemos en Barajas empezamos a echar cuentas y os mantenemos al tanto en el twitter.
Buenas noches otra vez. Bueno, no. Hasta mañana (hoy ya para vosotros).
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